Qué peligrosos son los besos!

ELLA suspiraba.
ÉL estaba besando su cuello. Con una mano posada sobre la cara de la chica y enredada en su pelo la aguantaba. Primero la besaba detrás de la oreja, después justo donde se unen el cuello y la cara. Iba bajando lentamente y los besos cada vez eran más lentos, más intensos.
ELLA estaba desquiciada, no sabía si estaba en el cielo o más arriba incluso. Se sentía flotando en una nube esponjosa. Su alma al tiempo que se reía tiraba de ella hacia el cielo brillante mientras su cuerpo notaba el placer de aquellos besos.
ÉL suspiraba por besar cada parte de ella. Cada vez la sentía más suya, más dulce, más bonita. Cada vez la quería más. La amaba, la besaba, la abrazaba, la hacía suya.

Aquellos besos eran una linea de fuego y a los dos los estaba quemando por dentro.